Letra de A la primera persona de Alejandro Sanz
A la primera persona
que me ayude a comprender,
pienso entregarle mi tiempo,
pienso entregarle mi fe.
Yo no pido que las cosas me
salgan siempre bien,
pero es que ya estoy harto de perderte
sin querer, querer.
A la primera persona
que me ayude a salir
de este infierno
en el que yo mismo decidí vivir,
le regalo cualquier tarde pa' los dos.
Lo que digo es que ahora mismo
ya no tengo ni siquiera dónde estar.
El oro pa' quien lo quiera
pero si hablamos de ayer,
es tanto lo que he bebido
y sigo teniendo sed.
Al menos tú lo sabías,
al menos no te decía
que las cosas no eran como parecían.
Pero es que a la primera persona
que me ayude a sentir otra vez,
pienso entregarle mi vida,
pienso entregarle mi fe.
Aunque si no eres la persona
que soñaba para mí.
¿Qué voy a hacer? Nada.
¿Qué voy a hacer de los sueños?
¿Qué voy a hacer con aquellos besos?
¿Qué puedo hacer con todo aquello que soñamos?
Dime dónde lo metemos.
¿Dónde guardo la mirada que me diste alguna vez?
¿Dónde guardo las promesas?
¿Dónde guardo el ayer?
¿Dónde guardo, niña, tu manera de tocarme?
¿Dónde guardo mi fe?
Aunque lo diga la gente
yo no lo quiero escuchar.
No hay más miedo que el que se siente
cuando ya no sientes nada.
Niña, tú lo ves tan fácil,
¡ay amor!
Pero es que cuanto más sencillo tú lo ves,
más difícil se me hace.
A la primera persona
que me ayude a caminar,
pienso entregarle mi tiempo,
pienso entregarle hasta el mar.
Yo no digo que sea fácil,
pero niña,
ahora mismo ya no tengo
ni siquiera dónde estar.
A la primera persona
que no me quiera juzgar,
pienso entregarle caricias
que yo tenía guardadas.
Yo no pido que las cosas me
salgan siempre bien,
pero es que ya estoy harto de perderte.
Y a la primera persona
que me lleve a la verdad,
pienso entregarle mi tiempo,
no quiero esperar más.
Yo no te entiendo cuando me hablas.
¡Qué mala suerte!
Y tú dices que la vida
tiene cosas así de fuertes.
Yo te puedo contar
cómo es una llama por dentro.
Yo puedo decirte
cuánto es que pesa su fuego.
Y es que amar en soledad
es como un pozo sin fondo
donde no existe ni Dios,
donde no existen verdades.
Es todo tan relativo,
como que estamos aquí.
No sabemos, pero amor,
dame sangre pa' vivir.
Al menos tú lo sabías,
al menos no te decía
que las cosas no eran como parecían.
Y es que a la primera persona
que no me quiera juzgar,
pienso entregarle caricias
que yo tenía guardadas.
Niña, tú lo ves tan fácil.
¡Ay amor!
Pero es que cuanto más sencillo tú lo ves,
más difícil se me hace.
A la primera persona
que no me quiera juzgar,
pienso entregarle caricias
que yo tenía guardadas.
Yo no digo que sea fácil,
pero niña,
ahora mismo ya no tengo
ni siquiera dónde estar.
Ni siquiera dónde estar.
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